(Extraído de informe21.com)
La gastritis, una de las enfermedades más comunes de nuestra época, tiene en la medicina alternativa una buena probabilidad de cura; Andrés Sierra nos ofrece tanto una semblanza de la enfermedad como de los remedios más efectivos para curarla.
Al revisar un conjunto de publicaciones representativas sobre la investigación internacional en torno a la gastritis en la medicina moderna, salta a la vista el hecho de que el saber médico actual está sometido a una camisa de fuerza, me refiero al negocio de la fármacos. Los enormes intereses de industria transnacional farmacológica presionan activamente para que se mantenga la dominancia de la perspectiva microbiana mecanicista, tanto en la interpretación y comprensión de los datos generados, como también en los lineamientos de la investigación biomédica y por supuesto, en la práctica cotidiana de la medicina.
Al dirigirme a mis amables lectores, me interesa compartir no sólo las recomendaciones prácticas que nos ofrece la medicina natural para el tratamiento de la gastritis, sino también las implicaciones críticas que se derivan de dichas propuestas. En ocasiones, resaltar las diferencias entre ambas concepciones puede parecer un ejercicio escolástico estéril y farragoso, pero en verdad, y como podrá verlo el lector a propósito del tema de la gastritis, dichas diferencias cobran importancia esencial al momento en que definen los lineamientos del tratamiento a seguir, con todas las consecuencias que eso conlleva.
Espero poder transmitirle a mis lectores ambos aspectos (el saber práctico de la medicina natural, y las reflexiones críticas entorno a la medicina moderna), sin que les resulte árida la lectura de la información que a continuación les comparto.
¿QUÉ ES LA GASTRITIS?
Por gastritis se entiende la inflamación del revestimiento interior del estómago.
Una forma frecuente de clasificación es la diferenciación entre gastritis aguda y crónica. La gastritis aguda se presenta de forma repentina y pasajera, en su forma crónica perdura a lo largo del tiempo. La gastritis crónica es más frecuente que la aguda.
El estómago es uno de los órganos más importantes del tubo digestivo. El estómago tiene 35 millones de células secretoras que producen los jugos gástricos, aproximadamente 2 litros por día y algunas hormonas. Los jugos gástricos se conforman de ácido clorhídrico, enzimas y mucus protector de las paredes del estómago. El ácido clorhídrico crea un ambiente fuertemente ácido ( PH aproximado de 1 o 2) necesario para la activación de las enzimas que digieren las proteínas. La acidez estomacal también cumple la importante función de destruir bacterias, hongos, virus y otros microorganismos que ingresan junto con los alimentos al estómago. El mucus, que también secretan las células de la pared estomacal, se encarga de proteger al estómago de la acidez. Mencionemos también que la acidez estomacal es importante para optimizar la absorción intestinal del hierro, el calcio, el magnesio y de otros minerales así como también de la vitamina B12, el ácido fólico, el betacaroteno y de otras vitaminas.
PREVALENCIA
En México las gastritis ocupan el cuarto lugar dentro de las veinte principales causas de enfermedad. Para el 2008 se reportaron 1523116 casos y una incidencia de 1767 casos por cada 100000 habitantes (1).
¿CUÁLES SON LOS SÍNTOMAS DE LA GASTRITIS?
Los síntomas más comunes son:
- sensación de dolor y/o ardor en el abdomen,
- náuseas,
- indigestión,
- inflamación abdominal,
- intolerancia a algunos alimentos,
- pueden presentarse vómito con sangre y heces con sangre ( de color negro)
EL DIAGNÓSTICO DE LA GASTRITIS
Su médico puede diagnosticar la gastritis a partir de un conjunto de síntomas. Para estar seguros de tal diagnóstico y conocer con precisión el estado de avance de la enfermedad, en la actualidad se realiza un estudio llamado endoscopía que permite ver las paredes del estómago; se puede complementar con una toma de muestra del tejido del estómago ( biopsia) para su estudio en laboratorio.
LAS CAUSAS DE LA GASTRITIS
Tradicionalmente se asociaba la gastritis con el estrés y otros factores como el tabaquismo, sin embargo, a partir del descubrimiento del Helicobacter pylori por parte de dos médicos australianos Robin Warren y Barry Marshal, en 1982, el énfasis se pone en dicha bacteria. Con su trabajo demostraron la altísima correlación entre la infección por H. pylori y la inflamación de las paredes del estómago y dejaron claro que esta bacteria se asocia con más del 90% de las úlceras duodenales y casi un 80% de las úlceras gástricas.
A partir de estas evidencias el tratamiento de la gastritis cambió, y al protocolo clásico basado en antiácidos, se le añadió el uso de antibióticos; pero además quedó establecida como verdad irrefutable la asociación causal entre dicha bacteria y la gastritis, lo cual resta importancia a todo otro conjunto de factores que determinan el origen y el curso de la enfermedad.En verdad, el enfoque basado en una visión microbiana de la enfermedad, no sólo ha consolidado la idea de que resulta forzoso indicar un tratamiento que puede ser contraproducente para la salud de los pacientes, sino que también puede ser cuestionado seriamente desde el punto de vista su eficacia y su fundamentación teórica .
En seguida paso a describir las desventajas de tal enfoque y ofrezco las alternativas propuestas por la medicina natural para el tratamiento del H. pylori.En otra ocasión regresaré con más detalle sobre las causas y el tratamiento de la gastritis.
EL USO DE ANTIBIÓTICOS PARA COMBATIR AL HELICOBACTER PYLORI
El tratamiento actual vs el H. Pylori incluye la triple terapia con antibióticos. Típicamente se prescriben metronidazol, claritromicina y amoxicilina durante 14 días. Un tratamiento evidentemente agresivo.
En un inicio (década de los 80´s) este tratamiento resultó eficaz para combatir la infección por H pylori, pero a partir de 1990 numerosos estudios han mostrado un incremento persistente de la resistencia del H pylori a los antibióticos. Mencionemos, por ejemplo, un amplio estudio realizado en Europa, con la participación del Dr Manfred Kist, director del Centro Alemán de Referencia Para el Helicobacter Pylori(2).
El estudio se basó en muestras recolectadas mediante biopsias de un total de 2204 pacientes infectados por H. pylori (1893 adultos y 311 niños), de 18 países europeos. Se realizaron cultivos y test para determinar la sensibilidad de la bacteria ante la claritromicina, la levofloxacina, la amoxicilina, la tetraciclina el rifabutín y el metronidazol.
Los resultados resultan impactantes: sólo la mitad de las cepas analizadas (51,2%) no mostraron ninguna resistencia a los fármacos probados.
El principal resultado de este estudio, según sus autores es haber demostrado, por un lado, la resistencia creciente del H. Pylori a la claritromicina, que en los últimos 10 años (1998-2008) casi se ha duplicado, y , por el otro lado, dejar establecida la rápida aparición de la resistencia de dicha bacteria a la levofloxacina.
Los autores señalan que la sola resistencia a la claritromicina por parte del H. pylori reduce la eficacia del tratamiento ( tres antibióticos + antiácidos) en un 70%. Pero además se sabe que está creciendo también la resistencia del H. Pylori a otros de los antibióticos usados en su contra ( como era de esperarse).Este es un proceso dinámico y dicha resistencia puede seguir creciendo.
Este fenómeno lleva a la necesidad de tratamientos más prolongados, recurrentes y agresivos, con el agravante que la antibioticoterapia destruye la flora intestinal, haciéndonos más susceptibles a todo tipo de infecciones gastrointestinales.
Estos hechos han llevado a la prolongación de los tratamientos hasta 14 días, a la búsqueda de nuevas combinaciones de antibióticos y a que se recomiende monitorizar en cada país la resistencia específica de las cepas más comunes de H pylori a los diversos antibióticos. ¡ Más de lo mismo¡, a pesar de que existen datos que permiten implementar una estrategia completamente diferente.
Dicha estrategia comprende:
1. Uso de plantas medicinales eficaces contra el H pylori.
2. Uso de antioxidantes que pueden ayudar a prevenir y a combatir la infección por H pylori.
3. Uso de lactobacilos que también pueden actuar preventiva y terapéuticamente.
4. Cambio de los hábitos de vida que permite fortalecer nuestras defensas y eliminar así la susceptibilidad a la infección.
5. Uso del subsalicilato de bismuto que destruye eficazmente al H.pylori y no crea resistencia
. USO DE PLANTAS MEDICINALES PARA ERRADICAR EL H. PYLORI.
La situación que acabo de describir ha llevado a la búsqueda de nuevos tratamientos prometedores contra el h. Pylori. Las plantas medicinales tienen mucho que ofrecer.
Existen diversos estudios sobre el uso de plantas medicinales en contra del H. pylori, sin embargo, se trata en su mayoría de estudios preliminares, realizados in vitro, lo cual resulta comprensible, como decía al inicio, pues la gran mayoría de los recursos de investigación están volcados en el área de la farmacología. Sin embargo, hay que señalar que aunque este tipo de trabajos es reciente, siendo el primero un artículo publicado en 1991, y su número ha crecido sólo en los últimos años ( del 2000 en adelante), es ya muy grande el número de plantas que han comenzado a investigarse y ofrecen un enorme campo de investigación y de posibilidades para el combate del H pylori. Así lo ilustra un amplio trabajo de revisión de la literatura mundial , publicado en el 2007. Dicho estudio, que fue llevado a cabo por dos investigadores del Departamento de Bioquímica de la Facultad de Medicina de la UNAM, nos presenta un listado de 327 plantas, comestibles o medicinales, que han sido estudiadas a nivel mundial para determinar su potencial anti H. Pylori. Los autores reportan más de 160 plantas para las cuales se han confirmado dicha acción (3).
En otro artículo que ofrece un excelente panorama sobre el tema que nos ocupa, investigadores del mismo Departamento de Bioquímica de la Facultad de Medicina de la UNAM, comentan que se han reportado, a nivel mundial, una gran variedad de compuestos con actividad anti-H. pylori in vitro, destacándose flavonoides, taninos, cumarinas, terpenos, quinolonas y alcaloides. Sin embargo, sólo a muy pocos de ellos se les ha demostrado que mantienen su actividad in vivo (4)..
Estos autores destacan o otra área de interés que tienen los estudios sobre los compuestos vegetales activos contra el H. Pylori: consiste en el desarrollo de nuevos compuestos químicos a partir de la identificación de sustancias naturales que presenten una excelente actividad anti bacteriana. Dichos compuestos naturales pueden ser modificados para mejorar su eficacia y reducir posibles efectos secundarios. Otra vía, tangencial a esta, resulta de combinar moléculas naturales con moléculas sintéticas ya existentes, obteniendo así un tercer tipo de compuesto muy superior a los precedentes. Los autores de la revisión recién citada, refieren el trabajo del profesor Hai Liang Zhu y sus colaboradores, del Instituto de Biomoléculas Funcionales, de la Universidad de Nanjing, en China, quienes lograron obtener un producto novedoso, 50 veces más activo contra el H. Pylori que el metronidazol, al combinar dicho antibiótico con genísteína, además el nuevo compuesto demostró tener propiedades antinflamatorias(5).
El panorama es pues sumamente amplio. Paso a referir enseguida algunos casos en particular que pueden ofrecer de inmediato alternativas para nuestros lectores.
EL OROZUZ O LICORICE
Hasta donde tengo entendido , la planta que ha sido más investigada en esta área es el orozuz, también conocido como regaliz, cuyo nombre científico es Glycyrrhiza glabra. Esta planta es tal ves la planta más utilizada en la Medicina Tradicional China, que la ha recomendado milenariamente para tratar problemas gastrointestinales y pulmonares, además de considerarla un tónico fortalecedor de las defensas. Fue ampliamente utilizada en la antigüedad por los Escitas y los egipcios. También los griegos y los romanos la utilizaban. Se utiliza la raíz seca, que tiene un sabor dulce.
La investigación moderna (6) ha corroborado ampliamente las propiedades del orozuz para el tratamiento de la gastritis y de las úlceras gastroduodenales. Se han llevado a cabo estudios sobre la composición química de la planta y sus principios activos, experimentos en tubos de ensayo y con animales, estudios clínicos con humanos que han incluido más de 2500 pacientes y comparaciones entre la eficacia de la planta y de algunos fármacos. El resultado de todo esto es la demostración de que el orozuz actúa de múltiples formas:
- Protege al esófago, al estómago y al intestino delgado de la acidez estomacal,
- Estimula la reparación de la mucosa gástrica, y favorece la secreción del moco protector por parte de las paredes del estómago,
- Diversos compuestos del orozuz ejercen un efecto antiinflamatorio y también actúan como antialérgicos,
- Protege contra los efectos erosivos de la aspirina,
- Ejerce un efecto inhibidor sobre la pepsina,
- Ayuda a disminuir el riesgo de úlceras del intestino delgado,
- En diferentes estudios, el orozuz ha demostrado ser igual de efectivo o mejor, que los medicamentos más comúnmente usados para combatir las úlceras gastroduodenales ( por ejemplo, Tagamet). Y esto es así tanto en el tratamiento a corto plazo, como en el mantenimiento a largo plazo. Además es mucho más barato que dichos medicamentos,
- Diversos componentes de la planta, especialmente sus bioflavonoides, ayudan a combatir el H pylori.
Algunos estudios han demostrado que el orozuz contiene diferentes componentes sumamente activos en contra del H. Pylori y que inclusive es capaz de destruir cepas de la bacteria que son resistentes a algunos antibióticos. Estos, y algunos otros estudios, ponen en evidencia el hecho de que dicha planta, o bien el desarrollo de algunos compuestos elaborados en base a dicha planta, pueden ofrecer una sólida alternativa ante el incremento de la resistencia a los antibióticos por parte del H. Pylori(7, 8).
¿CÓMO PODEMOS UTILIZAR EL OROZUZ?
TÉ DE LA RAÍZ SECA: hervir 10 gr de raíz seca de orozuz en un litro de agua durante 10 minutos. Reposar tapado 20 minutos y colar. Tomarlo dividido en tres dosis, que se deben ingerir después de cada alimento(9).
CHUPAR TROCITOS DE OROZUS: otra forma efectiva de utilizarlo, es chupar a lo largo del día unos 10 trocitos de orozuz y escupir el bagazo(10).
PRECAUCIONES: el orozus contiene un compuesto llamado ácido glycirricínico, que en dosis altas puede generar retención de sodio e hipertensión. Cuando utilizamos la planta en su estado natural las dosis de riesgo se sitúan en cantidades iguales o mayores a 20 gramos por día durante un mes o más. No se recomienda su uso durante el embarazo, y en los niños puede utilizarse la mitad de la dosis indicada para los adultos.
OTRAS PLANTAS MEDICINALES QUE COMBATEN AL H. PYLORI.
El jengibre ( Zingiber officinale)
Motivados por los diversos y milenarios usos tradicionales del jengibre para combatir diversos padecimientos gastrointestinales, un equipo de investigadores de la Universidad de Illinois, probó diversos compuestos obtenidos del gengibre para combatir en tubos de ensayo 19 cepas de H pylori, 5 de ellas consideradas dentro de las más agresivas. Los investigadores encontraron que los compuestos del gengibre gingeroles, inhibían de manera significativa el crecimiento de todas las cepas de H pylori usadas en este estudio (11).
¿CÓMO USAR EL JENGIBRE?
Una forma muy práctica es usar el jengibre fresco en la preparación de jugos, En los casos de gastritis puede resultar muy útil la siguiente preparación: pasar por el extractor de jugos 2 zanahorias, 4 tallos de apio, ½ manzana y 1 trocito de jengibre fresco. Como el jengibre es de sabor picante debemos consumir cantidades moderadas.
El jengibre fresco , en cantidades moderadas es muy seguro y su uso regular no implica ningún riesgo. Tal ves la única precaución es evitar su usos después del tercer mes del embarazo, pues actúa como un tónico uterino. En los primeros meses del embarazo, digámoslo de paso, es muy útil para combatir las nauseas.
Plantas medicinales mexicanas
Vale la pena referir, basado en mi propia experiencia, el uso de algunas plantas medicinales mexicanas que pueden representar un buen recurso en el tratamiento de la gastritis.
Usualmente recomiendo en estos casos un té elaborado del modo siguiente: hervir en dos litros de agua, durante 10 min, 1 cda sop. de Cuachalalate, 1 cda sop de Tlalchichinole y 1 cda sop de Cancerina. Reposar tapado por otros 10 min. y colar. Tomarlo a lo largo del día.
Debo mencionar un interesante trabajo de investigación que leí por ves primera recientemente, al realizar una búsqueda de información para el presente artículo. Se trata también de un aporte de investigadores del Departamento de Bioquímica de la Facultad de Medicina de la UNAM, quienes revisaron, in vitro, el poder anti-H. pylori de 53 plantas usadas en la Medicina Tradicional Mexicana para tratar problemas gastrointestinales (12). En su estudio confirmaron los efectos notorios en dicho sentido de varias plantas. Entre ellas quiero compartir con mis lectores tres: la Hierba del cáncer,el Estafiate y la Menta piperita, pues en este caso resulta funcionar bien, según dichos autores, un extracto acuoso, de suerte que podemos probarlas elaborando un té. En dos litros de agua hervir 1 cda sop de cada una de estas tres plantas ( secas y desmenuzadas) durante 10 min reposar, 10 min tapada y colar. Tomarlo durante todo el día.
Cualquiera de estos dos tés pueden utilizarse durante un periodo de 20 o 30 días consecutivos. Tienen la ventaja de contener plantas fáciles de conseguir.
LA PARADOJA DE LA INFECCIÓN POR EL H.PYLORI.
Amable lector, permíteme un poco más de tu tiempo, para relativizar la idea, aparentemente muy firme, de que siendo el H pylori el causante de la gastritis es forzoso tratar al paciente con antibióticos. Hasta aquí hemos visto que es posible sustituirlos con plantas medicinales. Pero podemos abundar en el asunto.
Digamos de entrada que ante la perspectiva panmicrobiana, la medicina natural insiste en dos cosas:
Es necesario dar un paso más: indagar sobre el por qué nos hacemos susceptibles a la infección y actuar en consecuencia, en una palabra no limitarnos a combatir el agente patógeno, sino sobretodo fortalecer nuestras defensas.
2. Es correcto combatir el agente patógeno pero no con métodos lesivos para el cuerpo humano.
En seguida refiero un conjunto de hechos bien establecidos que hablan con elocuencia a favor de esta tesis cuando nos enfrentamos al caso de la infección por H. pylori:
1.Se sabe que aproximadamente un tercio de la población de los países del primer mundo presenta resultados positivos en los estudios que detectan anticuerpos contra la bacteria y en los países en desarrollo esa cifra puede llegar al 90%; sin embargo, el riesgo de desarrollar una úlcera duodenal en un individuo infectado con H. pylori es sólo alrededor de 1% por año, y sólo el 10 al 20% de los individuos con infección por H. pylori llegan a desarrollar una úlcera duodenal en cualquier momento de su vida.
¿Por qué el H. pylori no causa úlceras en todos los individuos portadores de la bacteria? Es algo que la medicina moderna no logra explicar. Lo que resulta un enigma para el punto de vista médico, viene a confirmar la perspectiva de la Medicina Natural: la sola presencia del H pylori no es causa suficiente para producir gastritis o úlceras, es la integridad de las defensas del individuo en general y del estómago en particular, lo que determina la posibilidad o no de una infección activa y del curso de la misma. Dicho en una palabra: evolutivamente aprendimos a defendernos del H pylori.
2. Se ha observado que niveles bajos de vitamina c en los jugos gástricos favorecen la infección por h pylori.
Mencionemos el trabajo de un equipo de investigadores del Instituto del Cáncer Dana Farber, en los estados Unidos, que fue publicado recientemente ( noviembre del 2011) (13).
Los autores del estudio señalan que el objetivo de su estudio era revisar la literatura internacional en torno al papel de la vitamina C en la infección por H pylori. Su trabajo confirma que cuándo hay un PH ácido normal en el estómago y niveles adecuados de vitamina C al H. pylori le resulta difícil sobrevivir y colonizar la pared estomacal. Otros estudios demuestran que el curso de la infección puede ser más benigno ( menos lesiones del tejido estomacal) cuando hay niveles más altos de vitamina C en el jugo gástrico, e inclusive se ha demostrado que el consumo de suplementos de vitamina C por sí solo puede, en algunos casos, erradicar la infección por H pylori, pero sobretodo, que resulta crucial su consumo después de un tratamiento farmacológico para asegurar la total erradicación de la infección y evitar las recaídas.
3. Algunos estudios muestran que para erradicar el H pylori, se obtienen mejores resultados al combinar los fármacos usuales con vitamina C y vitamina E.
Mencionemos por ejemplo un estudio realizado en Turquía, en el Departamento de Gastroenterología, del Hospital de Investigación y Educación de la localidad de Kocaeli. En este estudio 200 pacientes fueron divididos en dos grupos: 140 pacientes recibieron la terapia clásica que consiste en administrar 3 antibióticos simultáneamente durante 14 días, junto con 500 mg. de vitamina C y 200 UI de vitamina E, administradas durante 30 días. Los 40 pacientes restantes recibieron sólo los 3 antibióticos durante 14 días.
El porcentaje de erradicación de la infección en el primer grupo (antibióticos + vitaminas) ) fue del 85%, comparado con sólo un 45% de erradicación en quienes recibieron únicamente antibióticos. Los autores del estudio concluyeron comentando lo siguiente: “ La adición de vitamina C y E a la triple terapia usual incrementa el porcentaje de erradicación al incrementar la eficacia de los antibióticos, disminuir el estrés oxidativo en la mucosa gástrica y fortalecer el sistema inmunológico” (14).
4. Está bien demostrado que la infección por H pylori se asocia con menor estatus socioeconómico, lo cual ,a su ves, se relaciona, entre otras cosas, con peor estatus nutricional como todos sabemos.
5. En un interesante estudio llevado a cabo con 386 pacientes, durante 5 años, por un equipo de investigadores del Instituto Nacional de Alimentos y Nutrición, de Varsovia en Polonia, se investigaron los factores nutricionales asociados con la reinfección por H. Pylori (15). Basados en los resultados obtenidos y en la revisión de numerosos estudios publicados en el mundo, los autores concluyen su trabajo señalando que una alta ingesta dietética de probióticos, especialmente Lactobacillus, provenientes de productos lácteos fermentados, por un lado, y de antioxidantes, sobretodo vitamina C, presentes en frutas y verduras, del otro lado, puede disminuir significativamente el riesgo de reinfección por H Pylori. En consecuencia con sus hallazgos, los investigadores invitan enfáticamente a tomar en cuenta los hábitos dietéticos para evitar la reinfección por la bacteria. Pero no mencionan lo que resulta evidente: lo descubierto por ellos acerca de las reinfecciones por H pylori, vale también para la prevención de las infecciones primarias por el H pylori.
6. Si se toma en cuenta el echo de que el proceso de deterioro de la mucosa gástrica producido por el H. pylori está asociado con un incremento del estrés oxidativo, que perpetua la inflamación y promueve la continuidad creciente de la infección, se entiende la importancia del estatus de los antioxidantes a nivel gástrico para determinar no sólo la resistencia ante la invasión por H. Pylori, sino también el curso de dicha infección.
7. ¿ Cómo explicar la abrumadora mayoría de personas a nivel mundial que entran en contacto con la bacteria y sin embargo que no desarrollan la infección? El nivel de antioxidantes de los jugos gástricos, y de las defensas orgánicas en general, podría ser uno de los factores que explican por qué determinados individuos entran en contacto con la bacteria sin desarrollar nunca gastritis ni úlceras (16) (
Los datos están a la vista de todos. Apuntan abrumadoramente a favor del énfasis en mejorar nuestras defensas, hábitos de vida y de alimentación como base de la terapia para tratar la gastritis y la infección por H pylori. Y si a esta evidencia le sumamos los datos sobre los efectos secundarios nocivos del tratamiento farmacológico, entonces podemos afirmar que sólo en casos muy particulares se justifica el uso del tratamiento farmacológico como inicio de la terapéutica.
Antes de finalizar debo señalar la recomendación del uso de los suplementos mencionados para el tratamiento de la gastritis:
- Vitamina C: tomar 500 mg. 3 veces por día.
- Vitamina E: tomar 1000 UI al día.
- Lactobacilos; consumir una fórmula de lactobacilos regularmente. Si usted ha tomado antibióticos en varias ocasiones úselos durante todo un año ( los lactobacilos, por supuesto).
En una próxima entrega abordaré el tema de los antiácidos farmacológicos y sus efectos secundarios, y describiré más ampliamente el tratamiento natural para la gastritis.
Fuente: http://www.ecoosfera.com/2013/03/el-tratamiento-natural-de-la-gastritis-...