(Extraído de homeopatiaunicista.org)
Tratamiento depresión, depresión y homeopatía
Homeopatía para la ansiedad
“La salud es la carencia de dolor en el organismo físico, tras conseguir un estado de bienestar; la ausencia de pasión en el nivel emocional, que tiene como consecuencia un estado dinámico de serenidad y calma; y la falta de egoísmo en la esfera mental, que desenboca en la unificación con la Verdad.” – George Vithoulkas
Cuando muchas personas no comprenden a su semejante deprimido se escuchan preguntas del tipo: ¿Pero qué te falta?, ¿qué te duele?, preguntas que no suelen recibir una respuesta satisfactoria por parte del enfermo y demuestran el desconocimiento de quien pregunta.
La pena, el resentimiento, la frustración, el miedo, la melancolía, la angustia, son pasiones en el nivel emocional que perturban a toda la persona y que están presentes en las depresiones. Aunque Vithoulkas indica que la ausencia de pasión es señal de salud, en el sentido de pasiones negativas y desagradables, para disfrutar de salud y felicidad sí es necesario experimentar ciertas pasiones como el gozo, el amor, el contentamiento y la ilusión. Son las pasiones enfermizas las responsables de las enfermedades psicosomáticas, pero las pasiones y emociones sanas son responsables de nuestra felicidad.
Se puede afirmar que cuando alguien tiene depresión, su espíritu está afectado; puede tener el espíritu herido o abatido, con poca energía, poca motivación, ilusión y contentamiento.
En la ansiedad y la depresión, las actividades cotidianas no le son placenteras a la persona afectada, y lo que debiera proporcionarle placer, en realidad le produce cierta aversión o malestar.
Este malestar se experimenta en ciertos pacientes por actividades o ejercicio físico, por ejercicio mental como es la lectura o la escritura, el caminar al aire libre, o en otros casos el permanecer en espacios cerrados.
Pueden producirse aversiones a ciertos alimentos que anteriormente podían tolerarse, la no tolerancia de clima frío o caluroso o de la luz del sol, presentándose fotofobia, e incluso la luz natural y los bellos y llamativos colores no proporcionan sensaciones placenteras.
El ingerir alimentos o mantener relaciones sexuales no producen plena satisfacción, e incluso la música y el juego o practicar deporte, tampoco.
Los pensamientos de inutilidad, decepción, baja autoestima pueden aparecer e incluso los pensamientos de deseo de vivir u optimistas se tornan en pensamientos de deseo de morir o pensamientos suicidas, pensando de qué modo menos doloroso acabar con la propia vida.
La inestabilidad o depresión de la persona puede producirse por diversas causas y siempre es un desequilibrio del espíritu y de las funciones mentales.
Ciertas personas por su genética son más fuertes y menos propensas a desequilibrarse mientras que otras son más vulnerables, por lo que si se presenta en su vida un factor desencadenante, sucumben a la depresión.
Estos factores desencadenantes pueden presentarse en la infancia, la adolescencia o en la etapa adulta.
Si hubiera una decepción amorosa entre padres e hijos o entre dos personas que se aman tendremos buenos resultados al utilizar un solo medicamento de entre los siguientes:
Aurum, Belladona, Calcarea phosphorica, Causticum, Hyosciamus, Ignatia, Iodum, Kali carbonicum, Lachesis, Natrum muriaticum, Phosphoricum acidum o staphisagria entre otros.
La depresión o la ansiedad pueden ser consecuencia de mortificación o irritación por parte de un padre, un cónyuge u otra persona cercana. En este caso encontramos solución al utilizar Argentum nitricum, Aurum, Bryonia, Chamomilla, Colocyntys, Ignatia, Lachesis, Lycopodium, Natrum muriaticum, Nux vomica, Phosphoricum acidum, Pulsatilla, Staphysagria o Sulphur entre otros.
Si la depresión sobreviene por pena prolongada entonces se deberá pensar en Aurum, Causticum, Ignatia, Lachesis, Natrum muriaticum, Phosphoricum acidum, Phosphorus y Staphysagria como los más destacados.
Si el origen está en un trastorno por malas noticias o bien que tras recibir una mala noticia la persona presenta la enfermedad, entonces se tendrán presentes a Calcarea carbonica, Gelsemium, Medorrinum, Natrum mur y Sulphur entre otros.
Si un considerable o importante susto origina la enfermedad, se tendrán en cuenta Aconitum, Gelsemium, Lycopodium, Opium, Phosphoric acidum, Phosphorus, Pulsatilla y Silicea como los más destacados.
Algunas personalidades, por su genética, no soportan los continuos reproches y por ellos se pueden desestabilizar, entonces, se tendrán en cuenta Ignatia, Opium, Staphysagria y Stramonium principalmente.
Los recurrentes pensamientos de inutilidad y de deseo de morir pueden desencadenar en el paciente trágicas consecuencia por lo que el tratamiento homeopático acertado y su pronta prescripción ejerce un efecto casi milagroso con una total recuperación. Casi siempre en pocos días de tratamiento comienzan a desaparecer esos pensamientos angustiantes.
En muchos casos la vida de la persona está amenazada. Como explica Vithoulkas, “El plano mental y espiritual es el nivel más alto e importante de la función humana … Una persona puede continuar viviendo, siendo feliz y contribuyendo creativamente en sí misma aunque tenga un cuerpo inválido, y haya perdido las extremidades o incluso la vista y el oído […] Sin embargo, por otra parte, si hay una alteración en el plano mental, espiritual, la existencia profunda de la persona se ve amenazada. Esto se puede ver en condiciones como la selenidad, la esquizofrenia y la imbecilidad.”
La ciencia de la homeopatía, págs 23,24.
Prácticamente el 100% de las depresiones son susceptibles de ser curadas. De hecho, enfermedades mentales más graves que la depresión como la esquizofrenia, también se curan en muchos casos, dependiendo de si es adquirida, sobrevenida o congénita u otros factores concretos. Aunque, en todo caso, siempre se tratan y se mejoran a un nivel alto.
La prescripción acertada de un solo medicamento por vez, o bien dos, junto con las progresivas altas potencias y la duración apropiada del tratamiento harán que prácticamente todas las depresiones desaparezcan de una forma permanente y definitiva. Esto es así debido a que la homeopatía actúa sobre la fuerza vital o espíritu de la persona, energéticamente. Como no se pueden producir lesiones permanentes en esta energía invisible, y al proporcionar ahi un aumento de energía, vitalidad e información natural específica que contiene el medicamento mineral, vegetal o animal, reaparecen la motivación, ilusión y contentamiento colapsados, bloqueados, promoviendo la regeneración y recuperación dinámica en el organismo.
Samuel Hahnemann, fundador de la Homeopatía enseña lo que se necesita saber para tratar de manera apropiada y eficaz las enfermedades tal como escribió en el parágrafo 3 de su obra: Organon de la Medicina, escrito en 1833:
“Si el médico percibe con claridad lo que debe ser curado en las enfermedades, es decir, en cada caso individual de enfermedad (conocimiento de la enfermedad, indicación); si percibe claramente lo que hay de curativo en los medicamentos, es decir, en cada medicamento en particular (conocimiento del poder medicinal); y si sabe cómo adaptar, conforme a principios perfectamente definidos, lo que hay de curativo en los medicamentos a lo que ha descubierto en el paciente indudablemente mórbido de modo que venga el restablecimiento – si también sabe adaptar de manera conveniente el medicamento más apropiado según su modo de obrar al caso que se le presenta (elección del remedio, indicación del medicamento) así como también el modo exacto de preparación y cantidad requerida (dosis apropiada), y el período conveniente para repetir la dosis-; si, finalmente, conoce los obstáculos para el restablecimiento en cada caso y es hábil para removerlos de modo que dicho restablecimiento sea permanente: entonces habrá comprendido la manera de curar juiciosa y racionalmente y será un verdadero médico.”
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