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Andrés Guerrero Serrano
-Homeópata-

domingo, 15 de abril de 2012

Alternativa natural de reemplazo hormonal

(Extraído de vozuniversitaria.org.mx)

REDUCE COMPUESTO APÍCOLA EFECTOS DE LA MENOPAUSIA Y ANDROPAUSIA EN RATAS

* Elaborado con miel, jalea real, polen, propóleo y larvas de abejas reinas o zánganos, el preparado es una alternativa natural de reemplazo hormonal probada con éxito en ratas de laboratorio por Patricia Vergara Aragón, de la Facultad de Medicina de la UNAM       

* Jorge García Macedo, investigador del Instituto de Física; Gina Prado Prone, estudiante de maestría, y Guadalupe Valverde Aguilar, investigadora del IPN, realizaron el análisis por espectroscopia infrarroja
Una mezcla de miel, jalea real, polen, propóleos y larvas de abejas (reinas o zánganos) reduce los efectos de la menopausia y la andropausia, reveló un estudio experimental realizado durante siete años por científicos de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM.

El preparado apícola, ensayado por Patricia Vergara Aragón, académica de la FM, es una alternativa natural de reemplazo hormonal probada en varios ensayos con ratas de laboratorio, que una y otra vez han dado muestra de los beneficios en hembras y machos.
“Hace siete años me invitaron a participar como jurado en un concurso de prototipos, organizado por la Dirección General de Educación Técnica Industrial de la Secretaría de Educación Pública. Ahí conocí a Sarahí Meléndez Rosales, una estudiante de preparatoria que desarrolló una mezcla interesante con productos, pues sus padres son apicultores.
“Ellos pretendían comercializarla, incluso exportarla si era posible, aunque su propuesta era tener un producto para reducir el peso corporal; me preguntaron qué podían hacer, pues les pedían experimentos en animales o personas. Les ofrecí ayuda y pocos días después la familia me visitó en las instalaciones de la UNAM”, recordó.
En su laboratorio, la investigadora acordó iniciar las investigaciones pertinentes para conocer las propiedades de la mezcla. Para ello, solicitó su análisis físico-químico, microbiológico, nutricional, toxicológico y cromatográfico, además, un reporte sobre las características sensoriales, granulométricas, pruebas de control de calidad, almacenamiento y conservación (Facultad e Instituto de química). Simultáneamente, realizó una búsqueda de información bibliográfica relacionada con cada uno de los componentes.
Con el reporte químico y un resumen bibliográfico, decidió probar los efectos en un modelo de menopausia inducida en ratas.
“Empleamos hembras de la cepa Wistar, de ocho meses de edad; les aplicamos pruebas de locomoción, memoria de corto y largo plazo (MCP y MLP). Se determinaron los perfiles hormonales antes y después de la menopausia inducida, que consiste en extirpar quirúrgicamente los ovarios”, detalló.
El lote de animales se dividió aleatoriamente en tres grupos: uno, control (placebo); dos, grupo con cirugía sin tratamiento apícola, y tres, grupo con cirugía, más tratamiento apícola.
“Al término, observamos que el grupo con ovariectomia, que recibió el preparado, había recuperado su actividad locomotora, el perfil hormonal no presentó diferencias estadísticas con respecto al grupo control, y la memoria no se alteró”, describió.
Con respecto al grupo de andropausia inducida, se emplearon ratas de ocho a 12 meses de edad, sedentarias y con sobrepeso. “Después de recibirlo durante 28 días consecutivos, cada vez se volvían más activas, algo que fue evaluado con la tarea de campo abierto (cada siete días), su libido aumentó, y el nivel de hormonas en sangre se incrementó con respecto a los previos al consumo”, señaló.
Vergara Aragón relacionó ese primer resultado con la población nacional en edad de padecer los trastornos de la menopausia o andropausia. “El censo del INEGI de 2010 reportó que somos aproximadamente ocho millones de mujeres, y siete y medio millones de hombres de 45 a 59 años. En el país, la esperanza de vida es de 79 años, así que aún hay una larga vida por recorrer una vez que se han iniciado los cambios hormonales.
“Por ello, es relevante preguntarnos sobre las implicaciones y calidad de vida más allá de este periodo, porque los millones de residentes en el territorio que tienen alteraciones hormonales por estos procesos, que además son normales, no reciben atención médica” destacó.
Reemplazo hormonal
Aunque dos de cada 10 mujeres en México transcurren esa etapa como asintomáticas, el resto requiere de tratamiento. Es recomendable enfatizar la importancia de un enfoque global, en lo que podría ser la crisis femenina en la madurez de la vida.
Entre los síntomas del climaterio destacan los bochornos (sofocos de calor o trastorno vasomotor), y aunque no se conoce exactamente su causa, existen algunas teorías que los relacionan con la serotonina cerebral. En esto se basan los medicamentos antidepresivos, que podrían presentar otros efectos secundarios al ser empleados por periodos prolongados, indicó.
También aparecen trastornos en el estado de ánimo como irritabilidad, llanto fácil, tristeza, depresión, aumento de peso, resequedad de mucosas, dolor al contacto sexual, disminución del apetito sexual, alteraciones en la memoria, hipertensión, osteoporosis, e incremento en la incidencia de infartos, entre otros.
En los varones, la pérdida hormonal ocurre gradualmente y llega a ser imperceptible por años. Las consecuencias de la depleción hormonal son, entre otras, cambios en el estado de ánimo, trastornos del sueño, disminución en la masa y tono muscular, probable modificación en la distribución de la grasa, calvicie, aumento en la predisposición al cáncer de próstata, osteoporosis, infartos, o deterioro en la calidad de las erecciones.
“Por cuatro décadas el cuerpo se acostumbra a ciertos niveles hormonales, que se reducen abrupta o paulatinamente de los 45 a los 55 años de edad, lo que provoca un síndrome de privación, como el que ocurre al dejar el tabaco o las drogas”, ejemplificó.
La idea de la universitaria es crear un producto que funcione como reemplazo hormonal, sin los efectos secundarios que producen los tratamientos comerciales. “Sin embargo, debemos recalcar que la indicación siempre debe ser individual y controlada. Nuestros estudios refieren que este producto es una alternativa que no reporta efectos adversos, es de bajo costo, hecho en México para los mexicanos, con una alta eficacia”, precisó.
Componentes
Con sus alumnos Norma Zarraga Galindo (hoy egresada de Medicina), Leonardo Eduardo Domínguez Marrufo, Patricia Ibarra Guerrero, René Eduardo Oviedo García, Víctor Manuel Silva Calvo, Gilberto Solorza Buenrostro, Monserrat Pizarro Rodas, todos de la carrera de Medicina; Brenda Osorio Hernández, de la ENP, y Liliana García Mondragón, de Psicología, se continuó con el análisis del compuesto.
En esa labor también participaron colaboradores de la UNAM y de otras instituciones, como Emma Rodríguez Maldonado, investigadora del Instituto Nacional de Cardiología (quien realizó los perfiles hormonales), así como Irma Elena López Martínez, Beatriz Hernández Téllez e Ivon Sánchez Cervantes, histólogas de la FM.
“Nuestra mezcla apícola contiene vitamina A, C, E, complejo B, minerales, ácidos grasos insaturados, aminoácidos esenciales, hormonas, antioxidantes y fitoestrógenos. Aunque todos los constituyentes son importantes, las cantidades apropiadas son bajas, y los efectos benéficos podrían ser resultado de una acción sinérgica de todos sus componentes”, explicó.
Para analizar cada ingrediente y su cantidad en el producto final, participaron Jorge García Macedo y Gina Prado Prone, del Instituto de Física (IF) de esta casa de estudios, y Guadalupe Valverde Aguilar, actualmente en el CICATA-Legaria, del IPN.
En el Laboratorio de Fotónica de Geles, que dirige García Macedo, se midieron las propiedades del compuesto para caracterizarlo, pues tradicionalmente se conocen algunas de sus propiedades, porque hay personas que consumen regularmente ingredientes parecidos, pero sin control de calidad.
En busca de la proporción más eficiente, emplearon técnicas ópticas. “Con espectroscopia infrarroja medimos la mezcla y sus componentes, para observar qué espectros nos daba cada uno y el resultante. Así, analizamos varias composiciones y lotes”, explicó García Macedo.
También, refirió la importancia de homologar el producto final, pues sin calidad hay cambios de un lote a otro, lo que altera la respuesta de los consumidores. “Para dar credibilidad es indispensable un buen control, y eso requiere de técnicas para analizar. Esa fue mi intervención”, relató.
Con la espectroscopia, que distingue las vibraciones de los enlaces de las moléculas presentes en un compuesto, generó espectros característicos para identificar si la cantidad y sus componentes eran iguales o tenían variaciones.
Este análisis también define las variables del proceso, es decir, si en los ingredientes hay diferencias, que dependen del momento en que se preparan o del origen de cada uno. Con ello, se puede tener confiabilidad. Entonces, el siguiente paso es realizar pruebas en humanos.

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