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Andrés Guerrero Serrano
-Homeópata-

viernes, 31 de enero de 2014

Homeopatía y Escepticismo

(Extraído de cabsalud.com)

Por José María Cardesín de Ascó

INTRODUCCIÓN

Pese a que la homeopatía esta cada vez más aceptada en términos generales, tanto por las instituciones sanitarias, como los colegios de médicos, como por la opinión pública, sigue siendo una de las terapias alternativas más criticadas, puestas en duda, y con más acérrimos detractores que no dudan en desprestigiarla en cuanto tienen la más mínima ocasión.

Desde esta web, hemos redactado un artículo para comentar y repasar los puntos que se critican de la homeopatía y explicarlos. No deja de ser una manera de profundizar y aprender más sobre el tema..

El texto está dividido en los siguientes apartados: La Ley de similitud, Efecto Placebo, La Ley de Avogadro, La memoria del agua, Estudios clínicos, El Movimiento 10.23 y Conclusión.

La Ley de similitud

Es la base sobre la que se sustenta la homeopatía, y que nos dice que una misma sustancia tiene distinto efecto si la tomamos a dosis tóxica o en una concentración muy débil. Concretamente, esta ley defiende que el efecto a diferente concentración puede llegar a ser incluso contrario, en dosis tóxica una sustancia nos puede producir fiebre, y esa misma sustancia en dosis muy reducida trataría esa fiebre, como si de un antídoto se tratara.

Lo cierto es que la ley de similitud es una ley biológica universal, y no es solamente propia de la homeopatía ya que también se aplica otras medicinas, como la convencional. Veamos algunos ejemplos:

- Existen algunos medicamentos convencionales que se usan para el tratamiento de las arritmias cardíacas, los cuales llevan como principio
activo una sustancia llamada Digitalis. La Digitalis proviene de una planta, cuya intoxicación provoca precisamente arritmias.
- El eléboro blanco, que toxicológicamente provoca diarrea coleriformes, era empleado con éxito en tratamientos del cólera.
- En el ámbito de la alergología o inmunología, se usa corrientemente como agente terapéutico y a pequeñas dosis, la sustancia que provoca la reacción.
- Los derivados del cornezuelo de centeno, provocan toxicológicamente hipotensión, vasodilatación encefálica y cefalea. Estas sustancias se utilizan en dosis más bajas para el tratamiento de cefaleas, jaquecas, trastornos circulatorios cerebrales, etc.
- Las radiaciones a nivel tóxico producen tumores, pero también se usan a dosis controladas para tratarlos (radioterapia).

Por tanto, la Ley que da pie a la disciplina homeopática, no puede ser puesta en entredicho, ya que se utiliza ampliamente en la práctica diaria de la medicina convencional además de la homeopática.


Efecto Placebo

Mucha gente opina que la homeopatía no es más que un placebo, en parte porque se utilizan dosis infinitesimales de los productos, y en ellos sólo queda agua, por tanto lo que cura es el efecto placebo y no el medicamento. Pero es esto cierto?

Expliquemos en qué consiste el efecto placebo.
El efecto placebo, es propio de cualquier elemento que se utilice para curar, y está de manera inherente en todo medicamento, sea del tipo que sea. Es una reacción a nivel psicológico, posiblemente una mejora de las respuestas de estrés, de forma que hace que el paciente mejore por sí mismo sin tomar ninguna medicina realmente. Según se sabe, si la pastilla es más grande el efecto placebo aumenta, al igual que si en vez de blanca es de un color como el rojo, o si llega algún dibujo en su superficie. Por tanto todos los medicamentos o sustancias que usemos para curarnos (hasta la infusión que nos prepare la abuela) llevan implícito un efecto placebo, ya que al tomarlos, esperamos encontrarnos mejor.

La homeopatía funciona con bebés, con niños, con animales, con personas en estado de coma y hasta se la utilizado con éxito en jardinería y cultivos suministrando productos homeopáticos a ciertas plantas.En todos estos casos es difícil justificar el efecto placebo. Pero es que además, sería imposible atribuir todos los resultados positivos en los millones de casos que se curan cada día con tratamientos homeopáticos gracias al efecto placebo.

Una medicina que se sustente sólo en dicho efecto, no podría sobrevivir mucho tiempo, ni podría demostrar resultados estadísticos de sus efectos en ensayos clínicos, como luego veremos.


La Ley de Avogadro

Como hemos explicado en la Ley de Similitud, la homeopatía usa sustancias a muy baja concentración como principio activo de sus medicamentos. Si nos fijamos en cualquier producto homeopático, veremos que lleva detrás del nombre un número, por ejemplo 5 Ch. Ese número indica la cantidad de veces que se ha diluido el principio activo.

Existe gente que se aferra a la llamada Ley de Avogadro, para decir que la homeopatía vulnera las leyes de la física y química conocidas a día de hoy.

Esta Ley nos dice cuál es la cantidad máxima de moléculas puede contener un gas o una sustancia líquida. Cuál es esa cantidad?

La cifra sería 6,023*1023, o lo que es lo mismo 602.300.000.000.000.000.000.000 moléculas. Si miramos esa cifra, tiene 24 dígitos, por tanto, en terminos homeopáticos, eso quiere decir que a partir de la dilución 12Ch, según la Ley de Avogadro, no quedan moléculas en el agua del principio activo, del tóxico que comenzamos diluyendo.

Por tanto, TODAS las diluciones menores, como la 4, 5, 7, 9 CH así como las diluciones DH contienen moléculas a nivel químico de la sustancia original en las que no se puede decir que en la preparación homeopática no hay principio activo a nivel químico, porque efectivamente si que lo hay. Además, estas diluciones son las más usadas pues tratan los síntomas agudos.

Qué ocurre con las diluciones má altas? Veámoslo.


La memoria del agua

En su momento, sobre el año 1796, cuando Hahnemann tuvo que explicar cómo y el por qué del funcionamiento de esas fórmulas diluidas que eran los remedios homeopáticos, dio explicaciones basándose en los recursos de la época, que obviamente distan mucho de lo que podemos encontrar hoy en día en cualquier laboratorio.

Cuando Hahnemann quiso comprobar su Ley de similitud se encontró con el problema de que las dosis mínimas de tóxicos que usaba, seguían precisamente siendo eso, tóxicas, así que comenzó a diluirlas cada vez más hasta llegar a las dosis (diluciones homeopáticas que conocemos) que comenzaban hacer el efecto contrario, el curativo.

Citó entonces que el agua tenía memoria y recordaba el principio activo pese a las sucesivas diluciones e incluso, al no poder demostrar científicamente cómo funcionaban estas, habló del genio del agua, y otras teorías más cercanas al esoterismo.

Aunque Hahnemann fuese el descubridor del método, han pasado más de 200 años desde el inicio de la homeopatía, hemos tenido cierta evolución en su práctica (de hecho sigue habiéndola), y su pensamiento sobre dicha disciplina no tiene porque ser un referente hoy en día, ya que en muchos aspectos la visión de Hahnemann ha quedado desfasada.

Lo cierto es, que hoy en día con distintos tipos de pruebas, se ha podido comprobar y verificar que las sucesivas diluciones homeopáticas que, teóricamente escapan al a Ley de Avogadro, son reales y tienen efecto distinto entre ellas.

Luc Montagnier, premio Nobel de Medicina en 2008 por haber descubierto el virus de inmunodeficiencia humana (VIH), comparte esta opinión:

“Se ha observado que ciertas diluciones dentro del agua en las que no queda materia sí registran, en cambio, vibraciones. Esta dilución puede reconstruir la información genética de la materia. Una información instructiva de la que la homeopatía no puede olvidarse, a pesar de que muchos críticos dicen que no hay nada. Pero sí hay algo. Nosotros hemos demostrado que hay estructuras en el agua que son inducidas por vibraciones electromagnéticas”.

En este caso, comprueban que estructuras moleculares siguen presentes en el agua, al igual que vibraciones electromagnéticas que guardan relación e información con el tóxico diluido. Pero se han hecho otras pruebas con espectrógrafos, donde también se aprecian la distinta composición del agua en cada sucesiva dilución.


Estudios clínicos

No podemos olvidarnos en este apartado de las personas que argumentan que no existen estudios que avalen la homeopatía. Y sin embargo existen, y muchos. Citemos algunos ejemplos:

La terapéutica homeopática goza de un reconocimiento científico, reflejado en más de 200 ensayos clínicos, que demuestran la eficacia de los medicamentos homeopáticos. Estos ensayos clínicos han sido publicados en revistas científicas de prestigio como British Medical Journal, Breast Cancer Research Treatment, Rheumatology, Inflammation Research, etc…

Así mismo, la eficacia de los medicamentos homeopáticos se evalúa junto a los medicamentos convencionales por agencia de evaluación como el NICE (agencia británica) y fuentes de Medicina Basada en la Evidencia como la Cochrane Collaboration.

Dana Ullman, en su libro de 1995 The Consumer’s Guide to Homeopathy, dedica un capítulo completo a las «Evidencias científicas de la medicina homeopática». Por ejemplo, cita un estudio de 1991 en el que figura:

Tres profesores de medicina holandeses, ninguno de ellos homeópatas, realizaron un meta-análisis de 25 años de estudios clínicos con medicinas homeopáticas y publicaron sus resultados en la revista British Medical Journal. Este meta-análisis cubrió 107 ensayos controlados, de los cuales 81 mostraban que las medicinas homeopáticas eran efectivas, 24 determinaron que no tenían efectos, y dos no eran concluyentes. Los profesores concluyeron: «La cantidad de resultados positivos fue una sorpresa para nosotros.»

Una investigación, publicada en el 2003, estaría aportando un argumento a favor de la base de esta terapia. Este estudio aseguraría que el agua tiene lo que denominaron «efecto fantasma»; comprobando que sustancias como el cloruro de litio o el cloruro de sodio (sal común) «modifican la estructura de hidrógeno del agua», después de realizarse una dilución intensiva. Con lo cual, estaría apoyando de esta forma el aparente «recuerdo del agua» frente a experiencias químicas recientes.
A raíz de este descubrimiento, los médicos homeópatas sostienen que la reacción que se origina en el organismo no es química, como sucede con los medicamentos alopáticos, sino de carácter físico, pero siguen sin aclarar cómo actúa. “Los estudios científicos que se han presentado y que demuestran que la homeopatía tiene un efecto superior al del placebo evidencian que eso es así, que nuestro organismo reacciona al medicamento. Hemos demostrado que el principio de similitud existe y funciona”, rebate Assumpta Mestre, que dirige la sección de homeopatía del Colegio de Médicos de Cataluña.

“Efectivamente, estamos hablando de medicamentos con eficacia demostrada con estudios científicos y ensayos, al igual que sucede con los medicamentos convencionales, los alopáticos”, comentan representantes de la Agencia Española del Medicamento. Si no, no estarían en el mercado.

Entonces…cómo es que hay tantos estudios en contra?

La mayoría de los estudios se basan en probar la eficacia de un remedio, en base al síntoma que tratan. Pero, y la modalidad? Nosotros sabemos que para escoger el remedio homeopático adecuado, hemos de saber la mayor cantidad de modalidades posibles, pero y si estas no se tienen en cuenta a la hora de hacer un estudio?

Si administramos Belladona para dolor de cabeza a 100 pacientes, veremos que sólo mejorarán aquellos que padezcan su cefalea en sienes o hemicránea derecha, es decir, aquellos en los que coincidan las modalidades del remedio, pero posiblemente el resto no note mejoría.

Recordemos que para hacer estos “estudios” y “ensayos” clínicos, no siempre se consulta a profesionales que entiendan el funcionamiento de la materia, y por tanto es fácil cometer errores que den lugar a resultados equivocados.

Un estudio hecho a petición del parlamento europeo para recabar información acerca de la homeopatía cita algunos de estos estudios. Adjuntamos algunos párrafos escaneados:

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El Movimiento 10.23

Existe un movimiento social bastante curioso con ánimo de desacreditar la homeopatía. Y digo que es curioso, porque no es muy habitual ver a un grupo de gente por varios países de Europa y hacer protestas con gran seguimiento mediático en prensa y televisión de los muchos temas con los que podemos no estar de acuerdo, sin embargo la homeopatía tiene este movimiento de “fans”. Ellos mismos dicen que no están patrocinados por ninguna multinacional farmacéutica, pero dada la relevancia y como están organizados, da que pensar.

Los integrantes del movimiento 10.23, en honor al número de Avogadro, se reúnen para hacer lo que llaman “suicidios homeopáticos”. Esto es, se compran una caja de algún producto homeopático y se toman toda la caja de golpe, argumentando que no les hace ningún efecto, y que por tanto esos remedios son una estafa.

Se desconoce si lo hacen con algún tipo de intención oculta, o solamente son grupos de personas ignorantes en la materia, pero lo que hacen es incorrecto por dos motivos.

La homeopatía funciona por tomas y no por cantidad de gránulos ingeridos de una vez. Por tanto tomar el producto entero no supone ninguna diferencia a tomar solo una pastilla si lo hacen en una sola toma. Esto es debido a que la homeopatía usa dosis tan bajas, que tomar un gránulo o diez o cincuenta, es lo mismo en cuestiones de cantidades y efectos (siempre que se tomen a la vez).
Además, la homeopatía no tiene efecto de fármaco (de droga) y se usa en cambio para tratar estados similares a los de una intoxicación, por tanto si los sujetos no tienen síntomas activos, es muy difícil observar en ellos alguna reacción y menos intoxicación.

Nosotros mismos podemos tomar un calmante un día que no tengamos dolor, o una aspirina, o un antibiótico. Efectivamente no notaremos ningún efecto especial, y no por ello vamos a decir que son placebo o no funcionan. Tampoco vamos a tomar una caja entera de aspirinas, morirnos y encima decir que la aspirina es letal. Tan absurdo sería el comentario, como lo que promulgan estos sujetos.

Y sin embargo, ahí están con su campaña absurda de desinformación sobre el efecto de la homeopatía.


Conclusión

Cada vez son más los países donde estas terapias se contemplan, y se reconocen, incluso se integran en los sistemas de sanidad pública, como el resto de medicamentos.

También son cada día más los médicos que las aceptan y tratan de trabajar en conjunto con los terapeutas que las practican, sin los problemas y el desconocimiento que había hace años.

Como decía al principio, espero que sirva este texto, para comprender mejor las claves y algunos puntos concretos sobre los fundamentos de la homeopatía, y las críticas que recibe, en muchos casos desde el desconocimiento.

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