(Extraído de elcomercio.com)
Jueves 20/10/2011
Hace 58 años, cuando Leonor Chiriboga tenía 25, su doctor le recomendó que comiera diariamente un higo. Ella padecía de colon irritable y gastritis y confiesa que no preguntó las propiedades de esta fruta, pero que notó una mejora en su salud cuando empezó a consumirla.
La nutrióloga Teresa Montero explica que el higo tiene un alto contenido en fibra que ayuda a los procesos digestivos: contribuye a hacer más fluida la eliminación de secreciones, limpia los intestinos y combate el estreñimiento. La fibra también regula el azúcar de los demás alimentos y mantiene al organismo con los niveles de colesterol bajos.
Leonor, de 83 años, confiesa que para comerlo tenía que seguir un largo proceso: raspar la cáscara con un cuchillo, cortar una cruz en el extremo grueso (sin llegar a partirlo) y remojarlo por una hora. Luego, en una olla aparte, colocaba agua, panela y canela hasta que se forme una miel. En ese líquido viscoso ponía los higos ya remojados y debía dejarlos dos horas hasta que estén suaves y más oscuros.
Esta receta es la que aún usan los chefs para darle el característico sabor dulce al higo. En realidad, no es un fruto tan azucarado sino que obtiene ese sabor cuando se lo cocina con los diferentes ingredientes dulces. El chef Cléver Tacuri cree que es una fruta poco explorada en la cocina ecuatoriana, es decir que no se usa tanto pero que por su sabor se emplea más en postres. El dulce de higos puede llegar a ser muy empalagoso para algunos, por eso se lo combina con rodajas de queso salado.
La nutricionista Tania Calderón explica que muchos creen que solo se come como dulce y por esto los diabéticos o los que quieren bajar de peso lo evitan.
Pero se equivocan, porque la fruta madura se puede consumir y tiene un sabor agradable, no tan dulce, y es más saludable.
A Fernanda Núñez, ama de casa de 49 años, su médico naturista le recomendó este alimento para el aparato reproductor femenino. La medicina natural considera que el higo regula los procesos hormonales, irregularidades en el útero y en los ciclos menstruales. Calderón confiesa que a pesar de que no conoce información científica que respalde el efecto de los higos en las mujeres, conoce que es una fruta rica en fitoestrógenos. Durante la menopausia la producción de estas hormonas femeninas disminuyen por eso este producto estimula la formación de nuevos estrógenos que combaten los molestosos síntomas de esta etapa, como los calores. En este caso, las mujeres toman una infusión con las hojas de higo.
Quienes también lo deben consumir, por su alto nivel en potasio, son los jóvenes que practican ejercicios físicos y mentales, pues proporciona energía. En cambio, por este contenido en potasio, los adultos con insuficiencia renal deben evitarlo. Su rico contenido en minerales –calcio, fósforo y magnesio- le otorga la característica de antioxidante, esto hace que el higo sea un alimento que mantiene la salud y atrasa el envejecimiento.
Aunque Leonor confiesa que ya no consume higo, al recordar lo bien que le hacía cuando era joven dice que volverá a comerlo. Para los adultos mayores es recomendable porque como todos los procesos, incluyendo el digestivo, se vuelven más lentos, este fruto ayuda a estimularlos.
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