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Andrés Guerrero Serrano
-Homeópata-

jueves, 1 de septiembre de 2011

La salud de la Tierra

(Extraído de Elnuevodía.com.co)

Agosto 29, 2011 - 22:17

Entre mis joyas bibliográficas tengo un regalo de los miembros de Vida Sana, quienes desde España hacen la mejor militancia ambiental europea y dan continuidad al pensamiento de Edward Goldsmith con la traducción y publicación de la Revista The Ecologist.

Los Vida Sana impulsaron el libro Nuestro Futuro Robado, que es una continuidad de los trabajos de Raquel Carson (divulgados con el nombre de Primavera Silenciosa), quien fue la primera en ­enfrentar a las transnacionales con la denuncia sobre el peligro en la herencia genética de los químicos disfrazados como insecticidas, fungicidas y similares usados en agricultura.

Ella, derrotada por las transnacionales, dejó sus experiencias en su libro, que marco un rompimiento entre la agricultura química y las posibilidades de la agricultura biológica.

Años después de su muerte sus colegas afines contrataron un equipo para indagar sobre la continuidad de los impactos contenidos en las denuncias y corroboraron que el efecto en los humanos era mayor y más grave que el previsto por Raquel Carson. Los resultados – actualizados -  se recopilaron en el texto Nuestro Futuro Robado, el cual recomendamos.

Realmente el libro, traducido a muchos idiomas, marca un viraje en la agricultura y reinicia un rescate de las ciencias homeopáticas aplicadas a la agricultura.

Recordemos que la agromeopatía se plantea desde la visión y el uso del método homeopático en la agricultura, la cual interviene en el control de plagas y enfermedades, lo que conduce a un modo sustentable y orgánico en la manera de cultivar, pues no es necesario utilizar agrotóxicos que dañan la fauna, flora y deterioran el suelo.

Es una ciencia nueva que pretende entender las dolencias de la naturaleza y resolverlas, para buscar un equilibrio y fortalecer la fuerza vital de las plantas, pues al igual que los animales, las plantas presentan una memoria genética que puede ser modificada por factores externos o internos como el uso exagerado de fertilizantes químicos que causan un trauma genético en la memoria de las plantas.


El legado genético

Según Andrade -2000-, “los agrotóxicos presentan alto contenido químico y baja energía: cuando son aplicados a un organismo este recibirá influencias de baja energía; su energía interna desequilibrada no podrá generar manifestaciones de síntomas. Las sustancias homeopáticas son altamente energéticas y contribuyen al proceso de curación, cuando son sometidas a tratamientos homeopáticos menos vulnerables las dolencias”.


Aplicación de la homeopatía

“La homeopatía vegetal incide en los procesos agrícolas a través del uso de dosis mínimas con la ventaja de no contaminar el ambiente, a los consumidores y productores. En la producción de maíz se han utilizado métodos homeopáticos, según lo sostiene el médico alópata, homeópata y agricultor Cristóbal Reyes Arellano, quien afirma que los insumos homeopáticos le permitieron bajar costos en el cultivo y aumentar en el orden de 40 a 50 por ciento los volúmenes de maíz en sus parcelas del valle de Toluquilla en cultivos de temporal. Sin embargo, admite que aún hay necesidad de que su método de producción se fundamente más a fondo con estudios técnicos, sobre todo en los aspectos de los beneficios que la homeopatía ha traído a los suelos agrícolas y a la fisiología vegetal”.


Utilización de la homeopatía

Según lo afirma Eli Heiko Habbe en la revista Invierno - 2008, “desde 1980 están utilizándose complejos homeopatizados para la jardinería, la agricultura, el compost y la depuración del agua y, cada vez más, las administraciones públicas potencian el uso de estos productos, pues no introducen ningún tipo de contaminante. Resultan totalmente inofensivos para personas, animales, tierra, agua y plantas, respetando cualquier forma de vida y constituyendo un equilibrio entre ellos y el entorno”.

“Con el tratamiento homeopático se disuelven los bloqueos y se pueden regenerar suelos, árboles y plantas enfermas y dañadas porque se fortifican y se consigue la máxima expresión de su vitalidad, siendo menos susceptibles y teniendo menor predisposición a enfermar”.

“En la actualidad, podemos encontrar fortificantes genéricos o especiales para rosas o contra hongos, abonos biológicos, aromaterapia contra insectos y, todos ellos, tanto para plantas de interior y exterior como para la agricultura biológica. Además, existen productos especiales para refinar y transformar de forma biológica y rápida el purín, estiércol y compost y para la purificación natural del agua y reactivación de lagos, biotopos, acuarios, estanques, piscicultivos, etc., entre otros”.
Panorama mundial

“Con la desconfianza creciente en tratamientos con pesticidas, antibióticos y corticosteroides, surge la necesidad de una tecnología agropecuaria orgánica y sustentable, como se ha desarrollado en pocos países como Europa, Brasil, México, pues es un campo que tiene poco interés en los productores convencionales que creen en los agrotóxicos y según lo afirma el investigador Radko Tichavsky, se trata de un problema cultural”.


La homeopatía fue primero

La homeopatía, según el maestro Samuel Hahnemann- 1790, “se basa en tres leyes fundamentales de la naturaleza: la ley de los semejantes: una sustancia que produce síntomas en un individuo sano, cura dichos síntomas en un individuo enfermo; la ley de la curación: la enfermedad progresa en todas las direcciones y en todos los planos del ser, y el principio vitalista: los principios, valores espirituales y el cuerpo físico-material formulados por Hipócrates”.

“Hipócrates comprobó que las dolencias tienen origen natural, es decir no es resultado de un embrujo o consecuencia de enojo de un poderoso ser. Por esto consideramos a Hipócrates el padre de la Medicina. En el siglo XVII el médico inglés Thomas Sydenham fundó la corriente vitalista, que propone sanar al organismo eliminando de él las sustancias mórbidas causantes de las enfermedades y recurriendo a la naturaleza como una de las principales fuentes de la salud. Pero no fue hasta el siglo XVIII que Christian Samuel Hahnemann fundamentó la homeopatía científica, le puso nombre y propuso la manera de potencializar las medicinas y predecir sus efectos en los organismos vivos, y su totalidad: espíritu-mente-cuerpo”.


Para leer más:
Andrade, F. M. C., Casali, V.W.D. (2000). A homeopatia e as plantas medicinais. In: Seminário Brasileiro sobre homeopatia na agropecuáia orgânica, 2000, Viçosa, MG. Seminário
Viçosa. Heiko Habbe, Eli. “Homeopatía para las plantas” Revista Natural. Fecha del artículo 4/12/2007.

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